La locura sagrada: mística, psique y el lugar del otro
Aug 25, 2025Autor: Andrés Yañez
La experiencia mística, esa vivencia de comunión plena con un Absoluto, ha fascinado y desconcertado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Se trata de un fenómeno universal, presente en todas las tradiciones religiosas, e incluso reclamado hoy fuera del marco de las religiones organizadas como una posible “mística profana” En todos los casos, las descripciones apuntan a lo mismo: una sensación de comunión y plenitud con lo sagrado. Conviene precisar, además, que la mística no es un estado continuo, sino una experiencia puntual y transformadora. Esos breves éxtasis de unión con “el Absoluto” han provocado, sin embargo, interpretaciones encontradas. Durante siglos, dos órdenes de explicación –el natural y el sobrenatural, lo científico y lo religioso– han pugnado por comprender dichas experiencias. ¿Son la expresión de una conexión real con la Divinidad, o más bien el producto de procesos psicológicos extremos, quizá patológicos? La irrupción de intensas vivencias afectivas, a veces acompañadas de visiones y revelaciones, hizo pensar a muchos psicólogos y psiquiatras que dinámicas inconscientes reprimidas encontraban en este tipo de vivencia una oportunidad única de expresión y reconocimiento. A la vez, el carácter regresivo e insano o, por el contrario, propulsor y benéfico de la experiencia mística fue y sigue siendo objeto de encendida controversia. En suma, nos preguntamos: ¿es la experiencia del místico una forma de locura o de santidad? ¿Estamos ante la manifestación de lo patológico o de lo sagrado?